lunes, 10 de febrero de 2014

El Rácing decide no jugar su partido contra la Real Sociedad





Se ha cumplido la amenaza. No había duda, aunque faltaba conocer la forma. Los futbolistas del Racing de Santandersaltaron al césped de El Sardinero para disputar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad, pero decidieron retirarse a los cincuenta segundos, una vez que se puso en juego el balón, como protesta por la decisión del actual Consejo de Administración de no dimitir.
El árbitro Gil Manzano hizo sonar el silbato para indicar el inicio del partido y los futbolistas del Racing fueron al centro del campo para abrazarse mientras los de la Real se dedicaron a hacer un rondo hasta que uno de ellos decidió echar la pelota fuera. Fue entonces cuando el capitán del Racing, el portero Mario Fernández, comunicó al colegio extremeño su decisión de retirarse y éste pitó el final del partido.
Los jugadores racinguistas, que previamente habían avisado a la Real Sociedad de lo que iba a acontecer minutos después, cumplieron con su promesa de no jugar si antes de las nueve de la noche no se producía la dimisión del presidente Ángel Lavín,Harry, quien acudió a El Sardinero con normalidad para presenciar el partido en el palco.
Los dos equipos realizaron el pertinente calentamiento sobre el césped y saltaron nuevamente al césped a las 20:58 horas, dos minutos antes del duelo, perfectamente ataviados con sus indumentarias. Gil Manzano reflejó la ocurrido y no puso trabas a la decisión de los jugadores montañeses.
Además, el partido estuvo marcado por la presencia de una docena de policías nacionales, que blindaron el acceso al césped del estadio santanderino, así como para sofocar una posible reacción de la afición local, que ya asaltó el palco de la entidad a comienzos de mes, en el partido de ida de octavos de final frente al Almería.
Los seguidores del Racing gritaron "No se juega, no se juega"en los instantes previos al encuentro, en lo que fue un claro espaldarazo a la decisión de la plantilla, que había perdido 3-1 en Anoeta en el partido de ida. La afición despidió a los suyos con gritos de "campeones" mientras dedicó una sonora pitada al Consejo encabezado por Lavín.

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